Entrevista a Niksa Fernández

Niksa Fernández, analista: “En la escena psicodramática los complejos se personifican, entonces tú los puedes ver y les puedes hablar”

En Diciembre de 2014, Niksa Fernández nos concedió esta interesante entrevista, plenamente vigente y que profundiza tanto en su conocimiento de la Psicología Analítica como del Psicodrama. Los invitamos a leerla y a vivir  los talleres que la SCPA ha programado para este segundo semestre, ya que es un gran privilegio dejarse llevar por Niksa, de manera amorosa y delicada en cada psicodramatización y así conectarse con su experiencia y sabiduría de más de 40 años de ejercicio profesional.  

Niksa Fernández nació en San Fernando, Chile. Se tituló como psicóloga en la Universidad de Chile y al poco tiempo se radicó en Venezuela, país en el cual vive hace más de cuarenta años.

Es magíster en Psicología Humanista por la Universidad de California;  Psicodramatista formada en el  instituto dirigido por Jacob Levy Moreno en Nueva York y  Analista Junguiana. Es docente, fundadora y directora de la Escuela Venezolana de Psicodrama y miembro de la Sociedad Venezolana de Analistas Junguianos.

Niksa Fernández sigue muy vinculada con nuestro país. Durante este año viajó permanentemente para realizar talleres sobre Psicodrama Arquetipal, mitos y cuentos de hadas. Éste último fue parte de los cursos del programa de formación de la Sociedad Chilena de Psicología Analítica. En su última visita a Chile, en septiembre de este año, nos concedió esta entrevista donde nos comparte cómo fue su encuentro con el Psicodrama y con la Psicología Analítica, por qué se enamoró de ambas teorías y cómo las fue integrando para dar lugar al Psicodrama Arquetipal. Aquí seguimos su huella.

¿Cómo fue su encuentro con la psicología analítica? 

Fue a raíz de una maestría en Psicología Humanista que hice en la Universidad de California. Tenía un sistema académico en el cual cada estudiante proponía el currículo de su interés. En mi propuesta incluí el estudio del simbolismo, allí comenzó mi conexión con la Psicología Junguiana. Era el año 1982.

Me fasciné con el estudio de los símbolos. Tanto, que me contacté con el instituto Jung de Zurich para comenzar a estudiar Psicología Analítica. Me entrevisté con el presidente del instituto quien me planteó que ellos me aceptaban pero me recomendó –por la cultura, clima, idioma, etc.- que me formara en Brasil con Carlos Byington quien estaba por recibirse como analista. Por esas sincronías de la vida, justo cuando llegué de regreso a Venezuela regresó también a Caracas  Vesna Luger, analista junguiana graduada en Zurich. Mientras tanto se creó un grupo de estudio y empezaron a venir desde diferentes partes de Europa y Estados Unidos nuestros supervisores.

Formarme como analista fue un proceso hermoso y muy enriquecedor. Eso sí,  me tardé como diez años… Como no tenía ningún apuro me lo tomé con calma (se ríe). Di mi examen final en Venezuela con personas supervisoras que vinieron de Suiza y Estados Unidos. Me gradué en el Congreso que se realizó en Florencia, Italia.

Usted ya era psicodramatista cuando comenzó su formación en Psicología Junguiana ¿Cómo fue su encuentro con el Psicodrama? 

En 1969 fui al IV Congreso Internacional de Psicodrama y Sociodrama. El invitado especial era Jacobo Levy Moreno, creador de este método. Conocerlo fue una experiencia interesante que en ese momento creí sin mayor repercusión en mi vida. Sin embargo, un año después estaba viajando  a Beacon, sede del “World Center of Psycodrama” a formarme como psicodramatista. Fue una formación intensa que duró tres años. Vivíamos en el centro durante tres semanas al mes. Allí realizábamos Psicodrama durante doce horas diarias… Así me fui enamorando de este método, con el cual he trabajado por más de cincuenta años.

 ¿Qué fue lo que la enamoró del Psicodrama? 

Me cautivó porque es una metodología muy profunda que pone especial énfasis en que la persona recupere su espontaneidad, es decir, que responda desde dentro, junguianamente diríamos que responda desde el Sí Mismo, desde el Self.

El Psicodrama es un método de amplificación que se hace alrededor del símbolo de la imagen. La imagen en la escena psicodramática tiene una función simbólica. En la escena los complejos se personifican, entonces tú los puedes ver y les puedes hablar… Es decir, los concretizas y esto te ayuda porque al dramatizarlo sacas hacia afuera tu escenario interno y lo puedes elaborar. Al escuchar los testimonios de las personas que han trabajado con Psicodrama te sorprendes de las transformaciones que han tenido, lo que han logrado a través de la experiencia.

¿Cómo la Psicología Analítica  enriqueció su quehacer como psicóloga, especialmente en su trabajo como psicodramatista?  

La psicología analítica amplió mi horizonte. Fue muy revelador para mí el trabajo con el inconsciente personal y el inconsciente colectivo y con toda la parte arquetipal que yo la empiezo a usar  también a nivel individual, lo que amplía mucho la consciencia y la posibilidad de que la persona a lo mejor no sane totalmente, pero sí que en su proceso de individuación pueda ir formando una psique más compleja, pueda ir integrando y transformando más que eliminando.

En  mi caso en particular, como yo tengo también una formación en Psicodrama, me fasciné con la psicología analítica en especial en lo que es el estudio de la “imagen arquetipal” expresada en los sueños y en los cuentos de hadas. Así comencé a explorar la metodología psicodramática para conectar la imagen a partir de la dramatización. La imagen colocada en el cuerpo, en el lenguaje corporal, en la escena psicodramática tiene una función simbólica.  En ese sentido,  Jung nos brinda importantes reflexiones acerca de la llamada “imaginación activa”. Él se percata que se calma cuando quiere traducir sus emociones en imágenes. Marie Von Franz relata que en una oportunidad Jung le dijo que el actuar simbólicamente con el cuerpo es más eficaz que la “imaginación activa común”. Es así como empecé a considerar en hacer activa la imagen a partir del Psicodrama teniendo como base la Teoría Junguiana.

¿Ese proceso de integración de ambas teorías la llevó a articular el Psicodrama Arquetipal?

Llevo un tiempo acumulando experiencias de articulación de ambas teorías y el Psicodrama Arquetipal es un modelo que las  integra a ambas. Sin embargo, éste es un capítulo que está aún haciéndose. Hay gente en Italia trabajando en él –ahí le llaman psicodrama junguiano-, en Argentina también hay gente trabajando con esto, también en Brasil, Venezuela y en Chile yo lo he estado introduciendo.

¿Cómo ambas teorías se enriquecen y complementan mutuamente en el Psicodrama Arquetipal? 

El Psicodrama Arquetipal es una modalidad del Psicodrama basada en los conceptos de la Psicología Analítica de Jung, en el que se privilegia la elaboración simbólica y arquetipal, utilizando la amplificación de las imágenes que van surgiendo en el transcurso de la acción psicodramática.

Se trata de una amplificación de la imagen a partir de los cuentos de hadas, de los mitos, de los sueños y de la caja de arena –que nosotros llamamos psicodrama en miniatura-. La finalidad consiste en explorar los elementos simbólicos y las metáforas desde diversos escenarios para evocar, en todos ellos, la expresión del psiquismo, su relación con el mundo arquetipal y su contribución al proceso de individuación.

Podemos decir que el psicodrama le brinda el “piso concreto” al trabajo de “imaginación activa” y la estructura que aporta la Teoría Analítica enriquece la interpretación del trabajo Psicodramático.

¿Cómo trabaja el Psicodrama Arquetipal con los mitos y cuentos de hadas?  

Los cuentos de hadas expresan los arquetipos. Representando los cuentos, estos van activando lo que cada uno de nosotros tenemos dentro de los personajes de estas historias. Lo que haces con el Psicodrama es amplificar la imagen del cuento. Entonces, por ejemplo, si tú eres Blanca Nieves, trabajas los arquetipos maternos y puedes acceder de una forma mucho más indirecta pero más profunda a lo que tú tienes de Blanca Nieves. Siempre persiguiendo el trabajo con la imagen no solo de forma verbal sino que en la acción. Y así, al representar las imágenes arquetipales, nos vamos conectando con  el inconsciente personal y especialmente con el inconsciente colectivo.

¿Cómo ha sido su experiencia de venir a Chile y desarrollar talleres de mitos, Psicodrama Arquetipal y cuentos de hadas? 

Ha sido una hermosa experiencia. La gente ha quedado muy contenta y acordamos que cuando vuelva a Chile vamos a continuar con el trabajo. Yo creo que lo psicodramático hace que la gente comparta más, se conozca más. Se crea una cohesión grupal interesante que es muy enriquecedora para las personas.

En sus visitas a nuestro país ¿Cómo ha visto el desarrollo de la psicología analítica?

Yo siento que estamos viviendo en América Latina un momento interesante en que ha crecido mucho el interés por lo junguiano, especialmente en Chile. Aquí es muy notorio como se ha ido avanzando, creo que es uno de los países latinoamericanos donde más se nota la efervescencia por esta teoría. Creo que en ese sentido el magíster que imparte la Universidad Mayor y el  diplomado de la Universidad Católica han sido preponderantes. Son dos instancias de estudio formal de lo junguiano que no tenemos en Venezuela ni en otros países de la región.

¿A qué atribuye usted ese interés creciente por la Psicología Analítica? 

Llama la atención porque no son temas que estén en los currículums de pregrado, pero el interés existe y ha ido creciendo. Creo que esto radica en que la Psicología Analítica entrega una mirada integral del ser humano que no patologiza, ni culpabiliza sino más bien busca el crecimiento de las personas y les permite ser ellas mismas.  Creo que eso ya es transformador y esperanzador.

Con su nutrida trayectoria, ¿qué mensaje les daría a los psicólogos chilenos que están interesados en la Psicología Junguiana? 

Que si bien la psicología analítica puede ser a veces compleja y difícil de estudiar, si han sentido el llamado y el interés por estudiarla, que no dejen de hacerlo porque es una teoría muy profunda que sin duda enriquecerá su quehacer como psicólogos y psicólogas. Pero sobre todo los invitaría a ir haciendo su propio camino, a ser ellos mismos, individuos espontáneos y creativos –como planteaba Moreno- y seguir su proceso de individuación  –como nos invitó Jung-.